Aportamos en la transición hacia un futuro descarbonizado

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Para los que recientemente están interesados en el cambio climático, la expresión “cero emisiones netas” significa que las emisiones de CO2 causadas por las actividades antropogénicas deben ser equilibradas con la eliminación de estas mismas a través de diferentes mecanismos como lo es el uso sin desperdicio de la energía eléctrica. La descarbonización es un asunto de todos y estamos en déficit a la fecha en el análisis de la huella de carbono. Académicos y expertos afirman que es completamente factible cumplir con el objetivo de neutralidad de carbono para el año 2050, si intensificamos la acción de las mejoras sistémicas y no las continuamos aplazando. 

Las contribuciones previstas y determinadas (NDCs) de los países se han visto insuficientes para alcanzar el acuerdo de Paris, siendo crucial que la nueva “implementación” contemple no traer consigo otros costos ambientales o emisiones más elevadas; el acuerdo de Paris espera que los países propongan nuevas y más ambiciosas NDCs para que la meta global se cumpla. El acompañamiento a la industria en la disminución de las emisiones de dióxido de carbono hará que los esfuerzos particulares de cada individuo sumen dentro de los esfuerzos “mundiales” de reducir las emisiones de gases (GEI).

La infraestructura con la que hoy cuenta nuestra industria en Latino América y Caribe (LAC) predefine las emisiones para los años 2030 y por ende las salidas contaminantes de las centrales eléctricas hoy existentes; las emisiones futuras provenientes del sector energético ya están por fuera de rango y si se construyen las centrales eléctricas proyectadas, el valor en GtCO2 será el doble (13.6 GtCO2). Enfocarse en estrategias que faciliten la transición hacia la recuperación sostenible y el retiro progresivo de la infraestructura contaminante es sugerencia del BID

Tomando como referencia que la demanda de energía eléctrica continúa creciendo de forma vertiginosa, es imperativo pensar en cómo reducir el desperdicio de energía eléctrica. Aunque un país emprenda en el uso de combustibles libres de carbono, aumente el uso de transporte público, trabaje en preservar y regenerar los sumideros de carbón para lograr descarbonizar, requiere también reducir el consumo energético; los cuatro pilares de la descarbonización deben desarrollarse al mismo tiempo.

La industria juega un papel protagónico en el consumo creciente de la electricidad ya que, los motores eléctricos por ella utilizados demandan el 30% de la energía global producida y en ese sentido, muchos de sus proveedores han diseñado soluciones para las necesidades de la operación industrial.  La planificación de las metas a corto y largo plazo para reducir el consumo de energía trae implícito el análisis de los modelos de fabricación de los usuarios finales a través de la gestión de activos, en una acción conjunta de los expertos y los trabajadores de las empresas. Sin embargo, los análisis estadísticos de consumo de repuestos para la industria, dejan ver que se requiere actualizar el conocimiento en ingeniería para que la implementación tecnológica y la transformación hacia las mejores prácticas se dé; capacitar se hace más que necesario.

La puesta en marcha de “cero emisiones netas” modificará los modelos de negocio, comprometerá el uso de activos que generan grandes cantidades de CO2 pero traerá consigo oportunidades de empleo según la organización internacional del trabajo. 

G. Lesmes – División Eficiencia Energética 

REE Consultants

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